Violetas [Priv. Alfred// R-18 ]

Trataba de evitar que el fuerte viento le arrebatara la bufanda. Al menos ya tenia la costumbre de caminar sobre la nieve y el hielo, o ya habría caído seguramente al suelo por como estaban las cosas.

El invierno en Rusia, a principios de enero era crudo y frió, sin consideración por la gente que tenia que soportar una temperatura de menos de 15 grados bajo cero de forma constante... y en la noche se ponía peor. Pero de alguna forma u otra, la gente andaba alegre igual por las calles, aprovechaban su clima... aunque seguramente se debía mas el optimismo, a la fecha que se estaba celebrando. Iván tenia sus propios motivos para estar alegre y haberse atrevido a salir aun con la inclemencia del clima.

Iba de camino al aeropuerto, tenia tiempo de sobra así que no se apresuro. Compro un ramo de violetas de camino allá, no estaba seguro si a esa persona le gustarían, lo hacia mas que nada por las viejas costumbres... aunque mas le hubiera gustado regalarle un ramo de botones de oro, pero en el frio, la violeta era la única flor que se atrevía a florecer entre la escarcha.

Se acomodo su larga bufanda blanca y se limpio de la nieve su abrigo negro que le llegaba mas abajo de las rodillas cuando entro al fin al aeropuerto que estaba decorado con motivos rojos y verdes, consultando en la pantalla de informaciones a que hora llegaría el vuelo de Runuanpur, viendo que aun faltaban unos minutos. Apresuro un poco el paso, yendo a la sección donde arribarían las personas, mirando distraído por la ventana, cada vez nevaba mas.

Se preguntaba si al americano no le molestaría el frió excesivo de su tierra (y también esperaba que trajera mucha ropa de abrigo y no solo esa chaqueta de aviador que solía usar), si no le molestaría el viento y la nieve, el que todo estuviera blanco y cristalino por la escarcha y el hielo. Aunque Alfred ya le había dicho antes su deseo de venir a visitar Rusia, al final había sido él quien le había invitado. Iván se había venido a su tierra a mediados de Noviembre, por motivos menores de trabajo, y apenas si había podido hablar en esos meses con el yanqui, y la última vez que pudo hablar con el por teléfono, le hizo la invitación sin pensarlo mucho la verdad: "Estas de vacaciones, ¿da? ¿Por qué no aprovechas de venir un par de días a Moscú?" . Y aun no sabia como el otro había aceptado de la misma forma alegre y entusiasta en que aceptaba todo. Aunque le alegraba la verdad... más en esas fechas festivas. Dudaba que a Alfred le molestara celebrar por segunda vez en menos de un mes navidad, aunque la verdad dudaba que siquiera estuviera enterado que en Rusia las celebraciones se hacían a principio de años y no a finales de año.

Una voz femenina y gélida anuncio la llegada de los pasajeros del vuelo que él esperaba, e Iván prácticamente se olvido de las violetas que sostenía, mientras buscaba entre la multitud, esa cabeza rubia con aquel mechón de pelo rebelde con el que adoraba molestarlo.

Desde que habían despegado del aeropuerto de Runuanpur, no había quitado el ojo de la ventana. Estaba tan ansioso de llegar, que a cada rato le preguntaba a las azafatas que cuanto faltaba y siempre le respondían con que faltaban horas, igual, eso no desanimaba al americano.

Le costaba acomodarse en el asiento, ya que traía mucha ropa puesta, porque le habían advertido que Rusia era muy frió y especialmente en esos meses el invierno pegaba feo en esa parte del país, hacia donde iba, Moscú. Y claro, como no quería enfermarse en su primera ves en su visita en es país, y además, tampoco quería estar enfermo porque sino no podría disfrutar un agradable tiempo con su pareja.

Sin poder aguantarlo más, aflojo mas el cinturón del asiento. Se sentía incomodo con tanta ropa (la verdad se sentía gordo), así que se sacó la bufanda y los dos abrigos que se había puesto, y solo se dejo su fiel aviadora. No sabia como lo había hecho, pero antes de subir al avión en Runuanpur, ya estaba con todo encima, soportando el jodido calor que se hacia sentir en ese momento en esa ciudad. Se acomodo en el asiento, acomodando los abrigos sobre él como mantas y la bufanda como almohada.

No sabía en que momento se había quedado dormido, ya que recordaba estar mirando las tierras blancas que se asomaban en el horizonte, y ahora se encontraba siendo despertado por una azafata, la cual le decía que ya todos los pasajeros se habían bajado y solo faltaba él. Apresuradamente agarro todas sus cosa y sin colocárselas encima, bajo las escaleras del avión, y al instante sintió el cambio de temperatura del interior del avión y del exterior a este. Se abrazo a si mismo y en medio del camino hacia las puertas del aeropuerto, se detuvo y se coloco todo a lo rápido, ni se cerro los abrigos y la bufanda ni la enrollo, dejándola colgando por los dos extremos, los cuales eran arrastrados. . .y parecían que barrían la nieve mientras él rubio caminaba hacia las puertas.

Miro hacia todos lados, buscando al ruso entre toda la gente que se saludaba y se abrazaba.

Espero, aun mirando entre la multitud de personas en busca de su pareja, viendo como cada vez la masa bajaba mas y mas... y ni rastro del autodenominado hero.

Mil ideas llenaron su mente... ¿y si algo había pasado? ¿Si le habían quitado sus vacaciones? ¿Si había tenido un accidente de camino al aeropuerto? ¿O... o si solo se había arrepentido de ir a Rusia...? La expresión del ruso cambiaba de forma rápida, entre la incertidumbre, la ansiedad, el casi miedo y la decepción por no poder verlo. Ya habían pasado mas de dos meses desde la ultima vez que pudo estar con él... No se conformaba con solo escucharlo por teléfono, el también tenia sus necesidades, el contacto humano no le hacia mal a nadie... mucho menos a Iván.

Suspiro, casi resignado, tal vez había tomado otro vuelo y no le alcanzo a avisar, eso podía ser... mejor preguntaba a que hora arribaba el siguiente avión.

Pero cuando comenzó a andar, recién entonces le vio. O bueno.. supuso que era su Alfred en medio de tanta ropa. Parecía que andaba como con tres abrigos, todos sin cerrar, y una bufanda amarrada de forma muy floja en torno a su cuello... que barría la nieve a su paso, dejando un claro camino de donde había pasado el otro. Era imposible que esa imagen no le causara risa.

Avanzo hacia el, entre toda la gente que llenaba el lugar, para tomarlo de la cintura cuando estuvo lo bastante cerca de él- Fredka~ -susurro junto a su oído, para que le reconociera antes de que pensaba que lo estaba secuestrando o algo así y le golpeara... aunque lo del secuestro no se alejaba demasiado de los planes del ruso... secuestrarlo y encerrarlo en su habitación una buena temporada para compensar el tiempo perdido de los últimos meses.

Su mano se apoyo de forma mas posesiva en torno a su cintura, jalándolo lejos de la multitud, de forma rápida, antes de que él otro alcanzara a reaccionar, para que cuando al fin se vieron lejos de todo, solo le pudo besar de la forma en que había querido todo ese tiempo.

Apoyo ambas manos ahora en su cintura, atrayendolo hacia el todo lo humanamente posible, presionándolo contra su cuerpo, en realidad poco importándole si es que alguien les veía o no, allí no tenia que esconderse de nadie y quería disfrutar demasiado de ese reencuentro, de esa calidez característica del otro que antes no había podido sentir, de su sabor, marcado siempre por ese gusto vago a coca cola y de esa textura suave. En pocas palabras... se olvido del mundo y solo se concentro en poder deleitarse en ese beso.

Se detuvo en medio de toda esa multitud, de toda la gente que se saludaba alegre, que se reencontraba con su familia, con su pareja o con simples amistades que no veían hace un buen tiempo. Entre esa masa de gente, no había nadie con las características de Iván. . . y eso lo asusto un poco, por no decir que le dio miedo que al otro se le había olvidado ir a buscarlo o no se acordaría que el llegaba en el vuelo de recién.

Suspiro, decidió en dar un paso y salir entre toda esa gente feliz. Sin darse cuenta le dio un poco de envidia que todos estén alegres y menos el, por un momento un pensamiento egoísta le paso por la mente. . .que todos estén en el mismo estado que él, que todos compartan su sentimiento, el que sentía en ese mismo momento. Sabia que eso era nada heroico. . .pero su lado infantil le ganaba en es mismo momento.

Apenas dio un paso y sintió que le rodeaban la cintura, por un momento creyó que le iban a robar, o peor, a secuestrar! No podía ser! Apenas llegaba y ya le iban a hacer algo!?. Estuvo a punto de voltearse, pero la voz que le murmuro al odio le relajo. En ese segundo no reconoció la voz, pero su cuerpo al parecer si, ya que sus músculos se relajaron, todos menos su corazón, el cual comenzó a bombear sangre de una manera desenfrenada.

No sabía en que momento fue arrastrado lejos de toda la masa de gente y llevado hacia un lugar alejado de esta.

Recién reacciono cuando sintió que otros labios se posaban sobre los suyos. Cerró los ojos y se abrazo del cuello de él, ya reconociendo por completo quien era, ya que en la forma de besar. . . imposible que alguien diera ese tipo de besos que no fuera el ruso, su ruso. Se apego a él lo más que le permitía sus ropas, y le beso de una forma desesperada, ansiosa y al mismo tiempo cariñosa.

Estuvo un buen rato devorando los labios del eslavo, pero como él era humano, al igual que el ruso; tuvo que detener el beso. Se separo lentamente de él y abrió los ojos que brillaban como nunca, mientras que en sus labios se dibujaba una sonrisa.

- Hi – murmuro a lo bajo, sin aflojar su abrazo del cuello de su pareja-

No pudo evitar sonreír cuando sintió como su cuerpo cedía y el podía llevarlo con mas facilidad hacia donde quería.

Casi odio su bufanda cuando el otro le echo los brazos al cuello y el no pudo sentir su contacto directamente por culpa de esa prenda, pero aun así sintió casi derretirse por ese toque tan superficial y sutil. Le abrazo con un poco mas de fuerza cuando el otro correspondió ese beso... había extrañado demasiado esa sensación de poder tenerle de esa forma, como había ansiado mas que nunca en los últimos días sobre todo, cuando casi se había pasado las noches en vela por completo, pensando en como seria cuando llegaría el otro.

Le devoro, porque no había otra forma de explicar la forma en que le beso, y le encanto, olvidándose hasta de respirar, y solo se dio cuenta de la falta de aire cuando el americano se separo de él y ya tenia la respiración algo agitada.

- privet~ -respondió, sin soltar tampoco su cintura, manteniendole apegado a él aun. Le beso la mejilla, pasando sus labios por esta, hasta rozar la comisura de sus labios, apartándose levemente de su boca- ¿como estuvo el viaje? -preguntó, aunque egoistamente tendría que ser sincero y decir que esas cosas no le interesaban, lo que quería hacer era seguir comiéndole a besos, por cursi y rosa que sonara ¡tenia el derecho de serlo! ¡hacia mas de dos meses que no le veía!- pensé que vendrías mas desabrigado da -se ríe un poco, soltándole de la cintura para cerrarle una de sus chaquetas, acomodándole luego la bufanda en torno al cuello- no sacas nada con traer tanta ropa si estas descubierto igual da -se rió un poco, dándole otro beso, aunque mas breve que el anterior, para después tomarle la mano, llevándolo hacia donde se suponía que tendría que estar su equipaje.

El aeropuerto estaba lleno de colores oro y plata en alguna partes, en otras de verde y rojo, adornos con motivos navideños en todas partes y hasta muérdagos en algunas partes, siguiendo las viejas tradiciones rusas, lo empleados estaban vestidos con trajes de duendes y de las distintas criaturas de la cultura rusa, todo festivo. De los locales de comida del aeropuerto se sentía el olor del café y el chocolate caliente junto con el de los dulces aun humeando. La mezlca de olores y colores era difícil de ignorar.

Soltó una leve risa, sintiendo un cosquilleo en el estomago, cuando el ruso le bes+o la mejilla y después pasó rozando sus labios. Realmente. . .realmente extrañaba los cariños que le daba el otro, así que se dejo hacer,entregándose por completo al otro.

- mmm. . . fue tranquilo y cómodo – le respondió y después frunció ligeramente el ceño, como si el comentario le hubiera molestado- por que creíste eso?? Obvio que iba a venir con lo que se necesita! Ni tonto vengo tan desabrigado!! – nunca le diría al otro que su amigo le dijo, y casi le obligo, a que llevara mas abrigos, ya que para él era una exageración llevar tantas cosas- . . . – dejo de abrazarlo por el cuello, mientras dejaba que el eslavo le cerrara el abrigo y le arreglara la bufanda-

Sin reclamos, correspondió ese breve beso y después se dejo guiar de la mano de su pareja.

Estuvo unos minutos mirando fijamente al otro mientras caminaban, quería estar seguro que el otro este bien y que no tuviera ninguna herida, pero al parecer no le había pasado nada en el tiempo que estuvo alejado de él.

Un olor dulce le llego de golpe de un momento a otro, y recién, recién miro hacia los lados y noto como estaba adornado todo el ambiente, hasta todo el personal del aeropuerto estaba disfrazado! Como. . .como duendes! y de otras criaturas que nunca había visto o algunos parecidos. Podía ver a duendes atendiendo en las cajas y otro limpiando el piso, mientras otras criaturas hacían otras cosas.
Levanto un poco el mentón para que los olores le llegaran mejor a su nariz. . . era tan delicioso esa mezcla de dulce, café y canela, que sentía que tenia ganas de comerse el aire.

bajo el rostro y miro hacia un lado suyo, topándose con un mesero duende- Iv-Iván, look! – apretó el agarre y con la mano libre señalo hacia una mesa, ya que justo estaban pasando por al lado de una cafetería del aeropuerto- un duende. . .gigante! – le volvió a señalar, poco importándole que eso fuera de mala educación- no se supone que son enanos?! Ah. . . – recapacito en la fecha que estaban- y no están un poco. . .por no decirlo, muy atrasados? Ya pasaron las fiestas!-

Evito reírse al ver la molestia del otro por ese simple comentario, porque si lo hacia...seguro que lo único que lograba seria molestarlo aun mas, aunque dudaba que esa expresión enfada fuera enserio.

- Solo pensé que quizás te confiarías del clima da, después de estar tanto tiempo en Ruananpur -le contesto con simpleza.

Apretó ligeramente su mano, para ya después tomarle de la cintura, caminando con él de esa forma, no le molestaba en lo absoluto que los demás vieran que era SU americano, y al que lo mirara con otra atención le gruñiría o quizás hasta le golpearía, solo por proteger lo que consideraba suyo, increíble, que en apenas dos meses se haya vuelto aun mas posesivo de lo que era antes.

Los dos meses que había pasado en Rusia habían sido aburridos, si lo habían enviado allí había sido unicamente por tramites legales, nada mas, papeleo aburrido y soso del que mas odiaba el ruso. No había trabajo de sicario, tampoco se arriesgaría a hacer su profesión en su tierra después de la ultima vez que la paso en la cárcel, además... eran casi unas mini vacaciones pagadas las que estaba teniendo, lejos de compararse a los viajes Bielorrusia que mas de alguna vez le había tocado, donde solo había frió y hambre. Aquí no, estaba en completa libertad. Se quedaba en su propia casa, que no visitaba hacia años y seguía tal cual la ultima vez que la había visto; podía salir donde quisiera y cuando quisiera, no lo controlaban en nada... era casi como si llevara una vida totalmente normal en su país y ciudad natal, y la verdad le había sentado de maravillas. Aunque... no podía negar que se aburría, extrañaba eso de matar, de escapar de la policía, vivir a veces con la adrenalina a limite, e incluso, extrañaba sus usuales peleas de trabajo con Alfred... como también extrañaba mas aun su vida cotidiana con el yanqui. Le había perdido el gusto a la vida común y corriente, difícilmente podría volver a ella, ni siquiera se podría conformar con su antigua vida como militar.

- ¿mh? -quedo mirando en la dirección que señalaba el otro y se rió por lo bajo al ver la expresión del mesero al sentirse seguramente casi insultado por el americano- da, deberían ser enanos... pero creo, que ha necesidad de trabajo, no les importa mucho la estatura da -al principio no supo a que se refería el otro con que estaban atrasados y le quedo mirando extrañado, tratando de entender, hasta que recordó- nyet, aquí aun no pasan las fiestas da, aquí navidad es mañana, 6 de Enero da, por eso están todos vestidos así -le explico, saliendo del aeropuerto- casi nadie celebra el 25 de diciembre

Afuera ya oscurecía, y se notaba por como la temperatura descendía un par de grados mas, pero al menos ya no nevaba de la forma fuerte de antes, y apenas si un par de copos caían de forma tranquila por las calles escarchadas.

Iván quedo mirando unos momentos el lugar, pensando un par de segundos que hacer.

- ¿quieres recorrer un poco? ¿o estas cansado para eso?

- tienes razón – se rió un poco y después miro de reojo a Iván- aun no? – se extraño por eso, ¿acaso Rusia tenia el calendario atrasado?, pero después de oír al ruso decir que las fiestas se celebraban el 6 de enero, descarto de inmediato que Rusia podría estar atrasado- nadie?. . .entonces mañana es navidad. . .aquí? – se acerco mas al otro cuando recién se percato del agarre de este-

Al saber que aun no era navidad en aquel país le alegro mucho, ¡pasaría la navidad con Iván!, y no solo como la paso en la ciudad de Runanpur , el 25 de diciembre. Era casi como volver en el tiempo y poder borrar esa solitaria navidad y cambiarla por una cálida junto al ruso.

Cuando salieron del aeropuerto, se abrazo a si mismo, tratando de que su cuerpo no notara el cambio de temperatura del exterior, pero poco lo logro, ya que comenzó a temblar ligeramente.

Miro de reojo al ruso y como vio que este estaba mirando al cielo, también alzo la mirada y sonrió al ver como pequeños copos caían con gracia, casi pareciendo plumas, pero mas ligeras.

- no lo se – respondió –. . . – cerro por un momento los ojos, mientras sentía como el frió viento le daba en el rostro- seria divertido conocer tu ciudad natal – murmuro-

Abrió los ojos y se volteo para mirarlo mejor, le sonrió y se acerco a él para darle un rápido beso en la mejilla. Se rió por lo bajo cuando se separo un poco de su pareja. . . pero dejo de reírse cuando se acordó de algo. Habían veces que Iván le reclamaba que nunca le daba lo que quería, que en vez de ir a su casa, pasaban a comer algo y no podían hacer algunas cosas en publico.

Sonrió de lado y se coloco frente a él – mmm sabes? – le tomo del rostro y le acaricio las mejillas para calentarlas, ya que las sentía muy frías- mejor vamos a tu casa, dejo las cosas y puede que salgamos, okay? a ver si nos alcanza el tiempo – se rió un poco- además, seria un poco incomodo cargar con las maletas en todo el paseo, o no?

Asintió, mirando al otro, aun sonriendo- Teníamos calendario juliano da, después pasamos al gregoriano que tienen ustedes, pero las tradiciones persisten -explico, acariciando la cintura del americano cuando esté se apego a él- da, mañana es navidad, se hacen fiestas, se celebra en familia por lo general da, y se espera la visita de Ded Moroz -se ríe un poco. La verdad el no era muy apegado a esas celebraciones, y ni siquiera se enteraría de ellas de no ser porque todo el mundo se lo recordaba decorando excesivamente por todas partes, aunque ese año haría una excepción... generalmente pasaba por alto esas fechas porque se la pasaba o viajando o trabajando, o buscando cualquier excusa para no recordar aquello, pero esta vez no tenia como librarse... y debía admitir que seria casi...no, seria MUY agradable pasar esas fechas con Alfred... si hasta le había comprado un regalo y todo, pero aun no sabia si se lo acabaría entregando o no.

Sintió como el otro temblaba, aun bajo los kilos de ropa que traía puestos. Le froto un poco la espalda de forma ligera, sabia que el no era la mejor persona para brindar calor, pero de todas formas el intento no estaba de más. El también sentía el frió invernal, pero lo toleraba bien, a la fuerza de la costumbre. Le iba a ofrecer que fueran en taxi, pero entonces recordó algo... que quizás, solo quizás al otro le gustara.

Le quedo mirando cuando escucho ese susurro bajo, viendo como las mejillas del otro estaba rojas por el frió - Podemos recorrerla cuando tu quieras da -le dijo en tono bajo, con una leve sonrisa al sentir el beso. Le agradaban esas muestras de cariño. Y si no era muy demostrativo cuando estaban en la ciudad de nombre imposible de escribir de oriente donde se conocieron, era porque sabia que al americano no le convenía que lo vieran con él, que le podría traer muchos problemas el solo hecho de estar hablando con él, pero aquí, donde nadie los conocía, era imposible tener problemas, no tenían que andar con cuidado ni escondiéndose de medio mundo, aunque tampoco es como para que se pusieran tan entusiastas en su reencuentro en medio de la calle.

- chto? -cerro los ojos cuando sintió esas caricias, sonriendo aun, sin poderlo evitar, escuchando lo que decía el otro- ¿si nos alcanza el tiempo tiempo? -se rió un poco también y le quedo mirando de nuevo- da, como gustes, vamos en taxi -le ofreció, sabiendo que seria mas cómodo y no tendrían que pasar por el frió del exterior, ademas su casa no estaba tan cerca de donde estaban actualmente.

Volviendo a tomar al otro de la mano, comenzó a caminar, afortunadamente al estar en un aeropuerto, no era cosa complicada encontrar transporte.

Sonrió hacia sus adentros al escuchar las explicaciones que le daba el otro, siempre sacaba un tema sobre la cultura y le explicaba sobre sus costumbres que habían en su país, ahí era cuando él también deseaba contarle sus costumbres. . . pero lo malo que su país no se caracterizaba por costumbres propia, la única costumbre que seria del país, la cual en otro lugares no se celebraban. . .era el día de la independencia y nada mas. . . ah si! y el día de acción de gracias, aunque ese día también se celebraba en otro país, pero no recordaba su nombre.

- entonces quiero recorrerla cuando sea de día! Y claro. . . – se ríe un poco- cuando tengamos tiempo y estemos mas. . . tranquilos – desvía la mirada al decir lo ultimo- okay, en taxi entonces – entrelazó sus dedos con los del otro cuando le tomo de la mano-

Mientras caminaban por el aeropuerto, dirigiéndose hacia los taxis que se veían cerca. Aprovechó para mirar mejor el lugar, poniendo más atención en los detalles, en los decorativos que cubrían al edificio, y en los carteles que estaban pintados de colores, rojos, verdes y blancos con unas letras inleíbles para el americano. Lo que mas le llamo la atención fueron los muérdagos, ya que serian la excusa perfecta para besar al otro sin que la gente les mirara mal, ya que estaban debajo de un muérdago! O sea, si o si se tenían que besarse la pareja que estuviera debajo el. . . aunque, en Rusia los muérdagos podrían significar otra cosa. . .¿o no?

- Antes de subirse al taxi, detuvo a Iván y se le quedo mirando, un poco dudoso en preguntar - hey. . .Iván – espero a que el otro le mirara- que significan los muérdagos acá en Rusia? – pregunto antes de meterse dentro del taxi, sintiendo un poco de vergüenza que el otro descubriera el porque preguntaba sobre su significado-

entonces la recorreremos de día da, para que puedas ver todo... aunque hay lugares que es mejor recorrer de noche da -sonrió, aunque su sonrisa adquirió un matiz diferente cuando escucho eso ultimo que dijo el americano- si te vas a mi casa dudo que te de tiempo para salir de ella da~ -después de todo... sobre advertencia no hay traición, ¿cierto? Aunque aquí no habría nada de traición... pero mejor no profundizaría mas allá sus pensamientos si no quería acabar emocionándose demasiado durante el viaje en taxi y darle todo un trauma al pobre chófer.

En realidad iba demasiado distraído con su repentina alegría, como para fijarse que pasaron varios muérdagos encima de ellos y ¡el ni siquiera se dio cuenta y no aprovecho! Seria tonto... pero ya después compensaría.

Le quedo mirando cuando el otro le hizo aquella pregunta, y recién entonces cayo en cuenta de todas las oportunidades que se había perdido, hasta se puso ligeramente rojo por culpa de su torpeza- significan... creo que lo mismo que en todos lados da... lo mismo que en tu país -sonrió ligeramente antes de entrar tras el al taxi, dándole la dirección al conductor, pensando que quizás debió colocar muérdago o algo en su casa, algún tipo de decoración o algo así, porque solo se había preocupado de comprar chocolate para el frió, café y los típicos dulces que se consumían en esas fechas.

Miro de reojo a su pareja, mientras comenzaban a andar por las distintas calles, las luces de las calles los iluminaban de vez en vez y fuera solo se veía el paisaje invernal por la carretera, hasta que entraron a la ciudad propiamente tal y el taxi redujo velocidad.

- mira -Iván le señalo uno de los lugares por los que estaban pasando- la Plaza Roja da -el lugar estaba por completo iluminado por los aflores que relucían aun mas con la nieve y provocaban distintos efectos entre los arboles perennes del lugar, en medio del lugar se veía un enorme abeto decorado como árbol de navidad- y allá, la catedral de San Basilio da -le señalo el enorme y colorido edificio que había frente a la plaza. Aprovechando aquello para volver a abrazarlo por la cintura, apoyando su mentón sobre su hombro.

Avanzaron cerca de dos o tres calles mas antes de que llegaran a la dirección. Habían varios edificios y casas juntos, por un lado un gran canal donde atravesaba el rió Volga inundaba el lugar con el arrullo del agua constante, por el otro, la calle mas bien desierta de una parte tranquila de la ciudad.

- Es allí -le señalo al americano, apuntando a una de las casas. No se veía tan grande como el departamento del ruso, se veía mas pequeña y bastante mas simple, y a la vez también mas hogareña, no tan fría- hace años que no la ocupaba, así que hay un verdadero desorden dentro da . . .-le advirtió, mientras le pagaba al chófer con un par de rublos, dándole las gracias antes de abrir la puerta y bajarse, sacando la maleta del otro, esperándole fuera.

Dentro de la casa, solo se veían los rastro de la vida pasada de Iván.

Le miro de reojo - I see – trato de no reírse al ver el como el otro se sonrojaba- creí que significaba otra cosa. . . ya que pasamos por debajo de muchos y no hicimos nada – pensó lo ultimo con una gran sonrisa, encontrando divertido que el otro no se haya dado cuenta, aunque no iba a negar que se quedo con ganas de robarle un par de besos.

Se le quedo mirando por unos minutos, aun no creyéndose que estaba en Rusia, en pleno invierno, y con Iván al lado. Se giro antes de que el otro se percatara de que lo estaba mirando por largo rato; para encontrarse con un paisaje cubierto por un manto blanco y gélido, para después de un largo rato, el paisaje cambiara a uno mas vivo, más colorido y mucho mas iluminado.

- Mm? – miro de reojo a Iván, pero rápidamente miro de nuevo hacia la ventana donde el otro le señalaba – La plaza roja. . . – repitió y después sonrió – Así que esa es la famosa plaza roja – pensó. Sin quitar los ojos de los faroles que brillaban. Estuvo a punto de preguntar que si ahí realmente hay un Mcdonald's o no, pero prefirió callarse y no romper la magia del momento – Que enrome árbol – dijo al ver el gran abeto decorada – but. . . en mi país son mucho mas grandes, pero bueno, que mas se puede pedir? – se rió, sin poder evitar no hacer sus comentarios que engrandecían a su país. . . aunque realmente poco importaba si era o no mas grande los árboles en su país, la cosa era molestar - Esa es una Catedral?. . . creí que era un palacio- murmuro muy sorprendido al ver que la catedral tenia muchos colores, ya que el creía que los rusos eran mas pesados. . y por eso pintarían todo de un solo color, pero bueno, ya vio que era un pensamiento erróneo – Es muy linda. . . me recuerda a los helados, por tantos colores – se rió levemente, y sin despegar la mirada de aquella catedral.

Se dejo hacer y se echo un poco hacia atrás, apegándosele un poco mas, ladeando la cabeza para apoyarla contra la del otro. Entrecerró los ojos, sonriendo mientras veía pasar las luces de los faroles frente a sus ojos, pasándosele por la mente que todo esto parecía mas un sueño que la realidad, ¡Es que en serio! Hace unas horas estaba el oriente, muy lejos de Iván, pero ahora. . . se encontraba en Rusia abrazado con él.

- ¿Acá vives en casa? well, creí que seria otro departamento – se rió ligeramente- No creo que pueda estar mas desordenado que el departamento que tienes allá – le dijo, refiriéndose al que estaba en Ruananpur. A regañadientes y Gruñendo por lo bajo (ya que ni ganas tenia de bajarse del calentito vehiculo), se bajó del taxi, eso si, antes se fijo con que le pagó el ruso al taxista, encontrando rara esa moneda que nunca había visto y ni escuchado de ella. . . ya le preguntaría como se llamaba y cuantos dólares hacían cada una – Hey, dame la maleta, yo la llevo – se le acerco para que le diera su maleta, pero el ruso solo negó con la cabeza y camino hacia su casa. Suspiro y siguió al otro, sonriendo por la actitud del eslavo.

Ya dentro de la casa de Iván, de inmediato se fijo en los marcos de fotos que tenía este en la orilla de la chimenea - . . . – miró de reojo al ruso, viendo que este dejaba su maleta por allí. Se acerco a la chimenea, para tomar una de las fotos y ver que en esta habían tres jóvenes, dos chicas y un chico – Eres tu con tus hermanas?