Esperando un pez gordo [Sigue en el motel]

El joven inglés esperaba en aquel lugar, sin duda el prostíbulo de más fama por aquellos lares, donde hombres venían a saciar un deseo vanal, el inglés sonrió, sería facil entrar allí, pero debía esperar exactamente al político al cual le tenía interés. Si todo salía bien iba a ganarse una gran suma. No podía fallar! Miró alrededor, el político estaba llegando algo tarde, pero una fuente demasiado confiable le había dado la información de que iba para allá. Debía ser paciente!.

Asi vió el joven al otro pasar, cabello dorado, ojos azules..las ropas, no había perdida! Era el político que tanto estaba esperando, curiosamente era mucho más joven de lo que esperaba, pero mientras más joven de seguro más facil de estafar, casi esquivando a las voluminosas mujeres a los lados se acercó a la mesa donde se había sentado

- Está ocupado este puesto? - preguntó de manera totalmente casual e inocente, tenía que ganarse ese dinero si o si.

Le ve..tanta elegancia, sonrió estaba seguro que tenía todo bajo sus manos.

- Louvel - dijo mintiendo sin problemas - El placer es todo mío - apretó su mano con seguridad sin soltarle la mirada al otro. Y sonrió de medio lado pensando la mejor manera de obtener lo que quería de él. Quizás el otro solo lo había confundido en que quería jugar con él, pero eso tampoco le llevaba mal, de hecho le convenía bastamte.

Pasar el tiempo, que más? -dijo de forma muy tranquila, pero con aquellas pausas sabía perfectamente que lo había arruinado con aquel nombre, de todas maneras se apoyó un poco en la mesa, el otro realmente quería llevarselo a la cama, lo presentía. Quizás debía sacar todas sus cartas cuando tomara la suficiente confianza.

Sonríe ampliamente, y se acomoda aun más en la mesa, le convenía poder hablerle con tranquilidad solamente a él sin tener que deshacerse después de las chicas
- No te apatecería una cita a solas? - pregunta con voz melosa, casi provocandole con aquellas palabras sin sacarle los ojos verdes de ensima.

Ah vaya pero que pena - el tipo le caía cada vez peor, un cerdo que le tenía que sacar su estúpida información. Pues, aunque le disgustaba tenía que sacarsela de algun manera. Le miró fijamente.

- Vaya, como quieras - coloca un dedo bajo sus labios y sonrió irónicamente. Porsupuesto no iba a acostarse con semejante animal. Pero tampoco le convenía sacarle todo a la fuerza o matarlo.

Lo pensó dos veces..había esperado tanto tiempo en encontrarlo y ahora lo dejaría ir? Debía detenerlo, pero que debía hacer?

- Bueno.. - dice con una voz suave - la verdad sería una pena dejarte ir, y quien sabe si yo soy el que tengo más que ofrecer que las otras chicas~ - odiaba usar ese tono, y esa mirada de "seductor". Pero si no quedaban opciones. Orders are orders.

Sonríe un poco intentando mantener cabeza. Ese extranio era un completo idiota sin lugar a dudas.

- No, estoy seguro que de otras maneras se podría disfrutar un poco más - dice sin ocurrirsele mejor opción. Algo como una orgía no se le hacía del todo demasiado agradable y menos con los fines que se acercaba al otro.

Sonrió, más que de complacido por estar con él, si no de obtener lo que quería. Tomó su mano, no de forma delicada, pero tampoco bruscamente, si realmente tuviese un amante le tomaría de aquella manera. Luego le siguió, su rostro no mostraba temor, aunque su corazón un poco, no podía equivocarse

Tomó la mano de Arthur entre las propias y lo sacó del bar, llevándolo a un motel.

[el tema sigue aquí]