¡Maldito muérdago, Bendito muerdago! [Pruaust]
Black Hetalia :: Off-Topic :: Fan Zone! :: Fanfics
Página 1 de 1.
¡Maldito muérdago, Bendito muerdago! [Pruaust]
Hola~ Estaba por ahí, intruseando (?) Y me encontré con esta zona de Fanfictions~ Y-Y... Yo adoro escribir cursiladas que se me vengan a la cabeza, ya sean yaoi, o hétero, lo que sea x'D
En fin, a lo que iba :D
Este es uno de los cuantos oneshots que tengo, y a mi opinión, y opinión de gente que lo ha leído, es lo más decente que he hecho (?)
En fin, también debo decir que es el primero que hice acerca de esta parejaOTPOTP, por lo que toda crítica constructiva que deseen así será bienvenida
Bueno, disfrútenlo tanto como yo disfruté hacerlo en mis momentos de inspiración
En fin, a lo que iba :D
Este es uno de los cuantos oneshots que tengo, y a mi opinión, y opinión de gente que lo ha leído, es lo más decente que he hecho (?)
En fin, también debo decir que es el primero que hice acerca de esta pareja
Bueno, disfrútenlo tanto como yo disfruté hacerlo en mis momentos de inspiración
- Spoiler:
Autora: Caro Weillschmidt [Ich XD]
Tipo: Oneshot.
Clasificación: Apta para todo público~
Pareja: PrusiaxAustria [GilbertxRoderich], Hetalia
¡Maldito muérdago, Bendito muerdago!
24 de diciembre, y el austriaco había salido de compras para hacer las preparaciones de la que iba a ser una hermosa fiesta con la familia Germánica, y como siempre, él quería que saliese todo bien, todo a la hora, no se había olvidado de ningún detalle, porque quería impresionar a los invitados, y por sobretodo, y aunque no lo admitiese, quería sorprender a aquel albino que siempre lo sacaba de quicio, y siempre recalcaba los errores del pelinegro. Nada podía fallarle esta vez. -"Debo llegar temprano a casa, aquellas notas no se arreglan solas" - Pensaba Austria, ya que tenía una hermosa pieza de piano, su especialidad, para hacer el ambiente más familiar, y más cálido, porsupuesto.
- "Debo arreglar las cintas de los regalos, y ponerlos en su lugar" - Volvía a pensar, sobre los presentes que le tenía a sus familiares, ocupando más su mente, digámos que se estaba "estresando", en cierto modo. Debía hacer las cosas con calma, debía estar con el mejor ánimo de todos.
-"Debo sacar aquel traje de gala..." - Seguía pensando, esta vez sobre aquel traje aristocráticamente bien decorado, elegantemente... "agradable" visualmente.
Haciendose una "agenda mental", el Austriaco apuraba el paso para llegar a la tienda luego, esperaba acordarse de lo que debía comprar, ya que el tiempo, según él, no le alcanzaba para hacer una lista decente, en una hoja, de lo que debía comprar. Se adentró rápidamente en la tienda, y se dirigió a la sección más importante para él: La sección de licores. Sabía que su familia era excelente tomando cerveza, no podía negar que él tambien tomaba, pero su compostura siempre debía estar en alto, por lo que se llevó solamente 3 botellas de la mejor cerveza según él.
Luego, se dirigió a la chocolatería. ¿Por qué? Porque aunque jamás lo admitiese, sabía que el albino iba a estar ahí, y tambien sabía que uno de los grandes vicios de su invitado, además de la cerveza, eran los chocolates. Medio ruborizado, [al pensar en el prusiano y no admitirlo] y medio indeciso, tomó una caja de bombónes y salió rápido de aquella sección. Compró wurst, y una serie de cosas de las que, por suerte, se acordó. Agradeció que no había demasiada fila, y pagó los euros correspondientes, pensando como siempre que se había excedido de lo que él decía que gastaría, pero no le dió mucha importancia. Salió, y decidió irse por el camino del bosque, le parecía más bello y más rápido... No, en realidad no, solo le parecía bello. Era invierno en su localidad, por lo que se encontraba vestido con un elegante chaquetón negro, con una bufanda azul oscura, los pantalones del mismo color, y zapatos negros. "No porque eran simples compras hay que vestirse informal", piensa, y lo hacía notar perfectamente. Iba más tranquilo caminando, aquel bosque realmente lo relajaba, se ocupaba de sus pensamientos más relajadamente, hasta que...:
- ¡Kesesesese!- Se oyó no tan lejano de él, y sabía perfectamente quien era. ¿Qué hacía en la calle? ¿Por qué no se ha arreglado? "Ojalá no me haya visto..." - Pensaba, apurando el paso, no quería que lo viese comprando las cosas a última hora, tal y como Prusia lo hacía.:
- Oi, ¡Österreich! ¿Qué haces? Lo había visto, el Austriaco era totalmente reconocible con aquella teñida tan elegante.
- ¿No es eso lo que debería preguntar yo? -Dijo el pelinegro distante, como siempre-
- ¿A qué te refieres, señorito? ¡Yo solo vine a ver cómo andaban las cosas por aquí!
- ¿Cómo que a que me refiero? ¡Fuiste el primero al que le avisé! ¿Es que acaso no has de recordar que hoy es la
celebración de Nochebuena con toda la familia? Es más, yo no debería estar aquí, me haces perder mi tiempo...
- ¡Ja! ¿Cómo crees que no me acordaba? ¿Tan tonto crees que soy? A mi asombrosa persona no se le olvida nada, ¡nada! -No se acordaba en lo absoluto-
- Puedo apostar a que hiciste algún tipo de salida con tus "amiguitos" para hoy, me lo podría esperar de tí, obaka-san...
- ¿Quieres apostar? -dijo el prusiano en un tono desafiante-
- No estoy seguro, no es algo correcto el andar apostando por cosas tan estúpidamente obvias. -dijo el Austriaco, con un cierto tono de madurez-
- ¿Huh? ¡Pero si tu eres el idiota que dijo que podía apostar a que yo había organizado algo con mis amigos!
- ¿Es que acaso no es obvio?
- No, para nada. Si quieres, preguntales.. -El prusiano le pasa su celular al pelinegro. Este, lo tomó, y buscó a Antonio en los contactos, al cual encontró casi de los primeros- Veamos... -le da a "llamar", y espera pacientemente, hasta que la voz del español se escuchó por el otro lado-- Aló?... Hola antonio, habla Roderich, me gustaría saber si es que por casualidad has planeado alguna salida con Gilbert para hoy... no lo sé, algún tipo de celebración, viendo el día.......Ok, Gracias, adiós. -cortó-
- ¿Y? ¿Que te dijo?
- Dijo: "No recuerdo haberlo invitado a celebrar conmigo, además, estará Lovi-love, y estaré algo ocupado"
- ¡Ha! Te lo dije, ¡he ganado! Mi asombrosa persona nunca falla, ¡haha!
- Momento, señor Ego, todavía falta aquel Francés! -vuelve a los contactos en el celular del albino para llamar a Francis, no de muy buena dispocisión-
- ¿Aló?... No, no habla él, habla Roderich..... No, no te diré cosas desagradables.... Quería saber si por casualidad habías planeado alguna salida con Gilbert... Okay, adiós. -colgó, con cara de frustración-
- ¿Y?
- Dijo: "¿Eh? ¿Yo invitar a mi casa al albino para celebrar? No que yo me acuerde, además, estoy muy...ocupado. ¿Sabes? Estoy dando... charlas personalizadas en mi habitación, y como te imaginarás, estoy muy ocupado, aunque no tengo problema si es que Prussia quiere venir a "charlar" con onii-san~"... Lo que me extrañó, es que jadeaba mucho al hablar, y al final de la llamada, se escuchaba otra voz, tambien jadeante, pero muy dulce, no tan dulce como la de una niña, pero dulce, se le escuchaba hacer sonidos medio extraños.. No me imagino lo que han de estar haciendo...
- ¡HA! ¡Ahora si gané! ¡Kesesesese! ¡Soy el mejor! -decía dando "saltitos" y agitando los brazos-
- ¡No hagas tanto ruido! ¿que es lo que debo darte por haber "ganado"?
- Te haré elegir, pequeño señorito. O me compras chocolates, o... le das a mi asombrosa persona un poco de.. tí... -El albino dijo la última frase, susurrándole al oído y tomándo al pelinegro de la cintura de forma provocativa, lo que provocó que el aristócrata se sonrojara por completo. Esperó unos segundos, captando el suave aroma del Austriaco por su cuello, y se alejó- ¡Hah! ¿Te la creiste? ¿Crees tú que un aristócrata puede saciar a mi genial persona solo con un poco de sí? Kesesesese! Te falta mucho para aquello, señorito!
- ¡E-Ese tipo de cosas no se dicen! ¿A-Acaso tu crees que aceptaría aquella proposición indecorosa, obaka-san? Solo dime que tipo de chocolate quieres...
- Ahí veremos, tú solo camina hacia la tienda, ¿okay?
- Está bien -resignado, se dirigió a la tienda, específicamente a la sección de dulces- Elije rápido, ¿Quieres? No tengo mucho tiempo, y tampoco pienso gastar demasiado contigo.
- ¡Calma, señorito! Yo tengo tiempo de sobra...
- ¿Que has dicho? ¿Es que acaso no piensas arreglarte y ponerte ropa adecuada para la celebración? ¿No piensas que yo debo terminar los preparativos? -Dijo el señorito, algo alterado-
- ¡Está bien, está bien! ¡Ya elijiré! -Tomó una caja de chocolates cualquiera, total, su ideal era fastidiar al aristócrata, y tal vez, solo tal vez pasar un poco de tiempo con él-
- Toma -El austriaco le entregó una cierta cantidad de dinero- Paga, yo debo ir a casa.
- ¿¡Eh!? ¿¡Piensas irte a tu casa arriesgandote a que te pase algo allá afuera!? ¡Arriesgas tu vida... y tu virginidad de paso!
- No digas estupideces, si quieres que te espere, te esperaré, ¿Está bien?
- Bah, yo soy asombroso, no nesecito que aristócratas me acompañen a ninguna parte, lo decía solo para no manchar mi nombre de asombrosa persona, ¿eh?
- Claro, como tú digas, pero, ¡deja de perder tiempo elevando tu ego y paga luego, obaka-san!
- Como sea, vamos. -El prusiano tomó de la mano al austriaco "para que apurara más el paso" provocando un tanto de nervios, algo de aceleración el estar a su lado, entrelazandose con las manos. El prusiano pagó, y como era de esperarse, se quedó con el vuelto. Salieron de la tienda, y sin soltarle de la mano se dirigían a la casa del austriaco por el mismo camino que éste se dirigía anteriormente, solo que adentrandose un tanto en los hermosos árboles que el bosque les brindaba. El pelinegro, todavía con el corazón acelerado por la acción del albino, preguntó algo nervioso, rompiendo el silencio:-
- ¿E-Era necesario que me tomaras de la mano para pagar?
- Claro, eres tan lento, que si no te hubiera tomado la mano, todavía estaríamos en el local. Además, ¡agradece que tocas una mano perfectamente asombrosa!
- Claro, asombrosa, si fuese realmente asombrosa, te hubieras puesto guantes, ¿no crees?
- ¿Guantes? Gah, eso es para los bobos friolentos, soy tan genial que no siento frío...
- ¿¡Estás insinuando que soy un bobo friolento!? ¡Qué te has creido! ¡Al menos cuido mi persona, y no tengo el ego tan elevado como cierta personita! -Regañaba al albino, pero este estaba distraído mirando una peculiar hoja- ¿Me estás escuchando?
-algo distraído- Cállate, aristócrata. ¿Ves esa ramilla de ahí?
- Claro, ¿qué tiene de especial?
- Oh, vamos, ¿acaso no sabes lo que es?
- Supongo que son esas ramas perennes de invierno.. ¿A que se debe tanta importancia?
- ¡Narr Aristokrat*! ¡Eso es muerdago! [Narr: Tonto en alemán xD]
- ¿M-Muerdago? Aquella ramilla que al pasar por debajo de ella... debes... ¿b-besarte con la persona que estás al lado?
- Ja. Pero no es tan simple, estás pasando conmigo, con mi asombrosa persona, si cumples la tradición... ¡imagínate!
- No creo que pase nada especial, no creo en supersticiones... -el austriaco siguió caminando dudoso, dentro de él moría por tocar los labios del Albino, aunque no lo admitiera, pero no quería bajar su orgullo, haciéndolo, no debía, no era correcto según él-
- Oh, vamos, yo sé que tu quieres cumplir la tradición conmigo!
- N-No digas estupideces, nada va a pasar si no cumplo la tradición... -caminaba a paso lento-
- Agh... -El albino tomó al aristócrata de la mano que le faltaba, y lo acorraló en un árbol, presionando su cuerpo en contra de el cuerpo del Austriaco, para que no pudiese escapar, quedando el menor más nervioso de lo que estaba, y porsupuesto, más sonrojado de lo que estaba anteriormente, aunque este creyera que no es así. Tambien es importante mencionar que el señorito quedó con las piernas "intercaladas" a las del mayor, para evitar posibles accidentes que, sobretodo el de ojos carmesí lamentaría. Este, con sus, ahora, manos libres, le sujetó la cabeza suavemente, pero con firmeza- ¿Sabes que? -habló el prusiano, peligrosamente cerca de el acorralado- Mi asombrosa persona tiene mucha curiosidad de cumplir la tradición, ¿no crees que dejarlo con las manos vacías es una mala educación?... -El de ojos violeta quedó perplejo, sin habla ante lo que el mayor decía, tampoco quería hablar, estaba muy acelerado y nervioso para hacerlo- ¿Te has quedado sin habla? ¿Eh? -dijo casi rosando los labios del Austriaco- Está bien, lo haremos más interesante... -el Prusiano tomó un pedazo de chocolate pequeño y lo puso entre los dientes del menor. Éste, muy nervioso, quiso hablar-
- G-Gilbert... A-Aquí no... nos pueden v-ver...
- Tranquilo, los árboles nos tapan por completo... ¿Por qué tan nervioso, Austria?
- ¿¡Y-Yo!? P-Para nada, es solo que... m-me falta la respiración, p-porque me estás presionando...
- Mala suerte por tí, es la única forma de que no te escapes, así que te aguantas... Un momento... Yo había dejado un pedazo de chocolate en tu boca... Aristócrata malvado, te has comido lo que me correspondía, mereces un castigo, pero no ahora... En fin. -puso otro pedazo de chocolate en la boca del pelinegro- quédate quieto... -El menor no hizo otra cosa más que desviar la mirada, sonrojado, sin mencionar palabra alguna. El albino lo quedó observando un momento, quería matar el tiempo, le gustaba verlo semi-rendido ante él- ¿Sabes? -dijo, con una voz grave, acariciandole el cuello- con ese pedazo de chocolate te ves tan apetecible... -Miraba los labios de Austria con deseo, y se lamió los labios- debería tenerte así más seguido, no crees, Roderich? -El mayor se acercó aún más, comiendo lo que sobraba de chocolate para llegar a los finos labios del Aristócrata, y otorgarles un cálido beso, saboreando una mezcla de Austria y chocolate, recorriendo cada centímetro de la boca del de ojos violetas con su traviesa y curiosa lengua-
"¿Es mi imaginación...o Roderich no se opone a nada?"- Pensaba Gilbert, quien se aprovecharía de la no-resistencia de Roderich, porque encontraba que esto pasaba una vez entre 500-
- Pensandolo bien... debemos cumplir bien la tradición, ¿no crees? -Dijo, poniendole otro pedazo de chocolate en la boca, y repitiendo la acción de comerlo-
- Estúpidos lentes, ¡no hacen más que estorbar! -Le sacó los lentes, y los metió en una bolsa de las compras. Terminada la acción, prosiguió a besar otra vez aquellos labios remojados, que aunque no le gustara admitirlo, lo mataban por su elegancia. Besó al austriaco con más intensidad, esta vez su lengua no fue sutil, y recorrió hasta lo más profundo de la boca de Roderich. Sus manos aprovecharon de sacar aquel chaquetón, y desabrochar su fina camisa, que ahora estorbaban, y recorrer el torso del Aristócrata, ya con lujuria. El Aristócrata estaba demasiado nervioso, demasiado confundido como para realizar alguna acción, lo único que él podía hacer, era sonrojarse más y más, complacer el interior del albino con los gestos que él mismo provocaba, subir las temperaturas corporales de cada uno, hacer un intento de alejar al Prusiano, pero demasiado debil como para que éste pudiera no evitarlo, y por la fuerza que ejercía el mayor, dejarse llevar.
El prusiano dirigió sus húmedos y suaves labios hacia el cuello del menor, dejándo a este, al menos posibilidad de hablar-
- G-Gilbert... -dijo jadeante- S-Se me hace tarde...
-El nombrado siguió, pero segundos después, dió un suave y último beso en el cuello de Austria. Se dirigió al oído de éste-
- Esto continúa en tu casa, quieras o no, ¿okay?
- No digas e-esas cosas, eso es imposible, n-nos estará escuchando todo el mundo, a-además, ¡no es correcto seguir! -dijo aún jadeando y abrochándose la camisa otra vez-
- ¿Tú crees que eso me importa? Siempre termino lo que comienzo, para eso no hay excepciones, menos tú.. -dijo, con aquella voz grave, mientras su mano recorría desde la nuca, para llegar suavemente hacia la espalda, y llegar a su destino final: su parte trasera, alertando a Roderich, y haciendo que éste vuelva a su actitud normal-
- ¿¡D-Donde rayos crees que estás manoseando!? -El austriaco quitó la traviesa mano del prusiano de un golpe- ¡Pervertido! -Alejó al prusiano de él, para luego tomar las bolsas, ponerse su chaquetón e irse, sin pensar que el mayor lo seguiría-
- Ya escuchaste, esto no se queda así... Nos vemos en un rato más, Österreich... -dijo el albino tomándolo por detrás, de la cintura, y dandole un tierno beso en la mejilla- Considerate un afortunado, ¡mi maravillosa persona te hará tener la mejor noche de tu vida!
- Sí, claro, solo arréglate, y llega a mi casa con buenos modales, ¿Has entendido? -El pelinegro siguió con aquella indiferencia por fuera, pero sabía que por dentro era el aristócrata más feliz del mundo entero, otra cosa es que su orgullo no permita decirlo.
Por otra parte el albino quedó pensando: ¿Por qué esta vez fue tan permisivo? ¿Por qué ese cambio de conducta tan repentino? ¿Por qué me gusta que sea así? ¿Por qué... quiero volver a intentarlo?, mientras seguía su camino a casa, haciendose un montón de preguntas, a las que solo encontró una respuesta:-
- Roderich me ama. -dijo para sí, en voz baja, mientras caminaba a casa, y pensaba en como hacer pasar al austriaco, la mejor noche de su vida-
Roderich Edelstein- Mensajes : 33
Reputación : 1
Fecha de inscripción : 04/01/2012
Hoja de Vida
Lugar que Representa:: Austria
Trabajo/Cargo:: Universitario
Estado Civil:: Soltero
Black Hetalia :: Off-Topic :: Fan Zone! :: Fanfics
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Sáb Jun 15, 2013 8:39 am por Francis Bonnefoy
» Diganle no a las arañas!!
Sáb Jun 15, 2013 8:35 am por Francis Bonnefoy
» Un nuevo hogar(privado Grell y Aleksandra)
Mar Feb 05, 2013 4:13 pm por Aleksandra Kuznetsova
» Vals Ruso (Priv. Roderich)
Mar Feb 05, 2013 4:02 pm por Aleksandra Kuznetsova
» Rol con el austriaco, bitte~
Vie Nov 02, 2012 11:09 pm por Roderich Edelstein
» Trick or Treat Mansion Rol - Normal-
Mar Oct 30, 2012 8:26 am por Invitado
» Quiero que seas mi amo... (privado con Ivan)
Lun Oct 29, 2012 8:30 am por Nikita Arlovski
» Soy la admin más responsable del mundo 8D -Sarcasmo.-
Dom Oct 28, 2012 9:50 pm por Arthur Kirkland
» Hetalia Rol~
Sáb Oct 27, 2012 8:24 pm por Vlad Enescu