[Privado - Vash] En medio de la noche

Miroslav despertó repentinamente. No tenía muy claro qué era lo último que había visto, pero le había asustado lo suficiente para hacer que se despertase de golpe y se encogiese en la cama. Cerró de nuevo los ojos, con fuerza, pero temió que lo que le había hecho despertarse volviese a aparecer en sueños. No estaba acostumbrado a nada que le atemorizase, la simple idea de que algo así se plantase ante él era...

Vaciló durante varios segundos, pero no tardó mucho en seguir el impulso de levantarse de la cama y, sin molestarse en cambiar su pijama por una ropa más adecuada, o en ponerse tan si quiera unas zapatillas, salió de la habitación tan rápido como pudo. Al ser de noche, todo estaba oscuro, pero esto no se le hizo ningún alivio. ¿Y si algo salía de la oscuridad y le acosaba? Pensando tan rápido como pudo, recordó un sitio "seguro" de la casa, el más seguro para él, al menos... la habitación de Vash.

Se deslizó pues hasta esta y llamó a la puerta, tan impaciente que le sobresaltó el propio sonido tímido de sus nudillos contra la madera.

-¿V-Vash...? ¿Puedo entrar...? -habló con un tono de voz asustado e inseguro, poco común en él.

No era que el maldito calor de la noche lo mantuviera en un sueño incómodo, tampoco el no haber tenido misiones recientemente o el mero hecho de que sus ganas de asesinar a su compañero francés fueran creciendo de forma gradual... Sino que al haber tanta tranquilidad lo inquietaba, era como si se avecinara una tormenta o algo mucho peor...

-Nnngh... Scheiße...- Se queja entre sueños.

Da vueltas en la cama, casi resignado a que esta noche está condenado a vagar entre el sueño y la realidad (con su ambiente incómodo), se sobresalta ante los golpes en la puerta. Está tentado de tomar su arma -más por inercia que otra cosa- pero sólo suspira mientras busca la llave de su habitación y entreabre la puerta.

-¿Mirko...? ¿Qué sucede?- Abre del todo para permitirle el paso. Entre que está con sueño y que el moscovita actúa bastante fuera de sí, él tampoco puede actuar con normalidad.

Estuvo a punto de preguntar qué había sucedido pero en cuanto escuchó el llanto y el abrazo de Mirko, esa especie de "Complejo de Hermano Mayor" que tenía latente salió a la luz. Le acarició la cabeza, tratando de calmarlo... Aunque eso no fuera exactamente lo suyo.

-Shh... Tranquilo... Tranquilo...- Con cuidado lo llevó hasta su cama para poder cerrar la puerta.

Una vez seguro de que nada ni nadie (ni siquiera cierto franchute) podía entrar o salir sin que él lo supiera se sentó al lado del muchacho. Se quedó en silencio, pensando qué es lo que puede decirle en momentos como éste... No es que fuera normal que un antiguo asesino serial viniera corriendo como un niño pequeño porque tiene miedo de los monstruos que hay debajo de la cama ni mucho menos... Eso despertó su curiosidad.

-Miroslav... No, Mirko... ¿Qué pasó? ¿Quieres contarme?- Sabía que cuando estuviera más consciente se ridiculizaría a sí mismo por parecer una madre o una hermana mayor sobreprotectora pero, demonios, ¿desde cuándo alguna "tontería" lograba que se espantara? De hecho, era la segunda vez que lo hacía... Con la diferencia de que ahora no estaba hasta la coronilla de vodka.

Sólo se quedó mirando al chico, procesando aún con lentitud las palabras. Se le hacía tremendamente tierno en esos momentos que no pudo evitar acariciarle el pelo y abrazarlo; era en esos momentos que se olvidaba de las etiquetas que la sociedad les había puesto... No eran ni "Schwarze Eisen" o un antiguo asesino en serie ni un mercenario, sólo Mirko y Vash.

-Claro... ¿Por qué no?- Fue lo único que contestó, había pasado el tiempo suficiente como para ser consciente de que Miroslav también lo cuidaba, es más, apostaría lo que fuere a que si él tiene un ojo abierto, el moscovita tendría los dos.

-Nmmgh... Ven Mirko, recuéstate...- Murmuró mientras lo soltaba para poder acostarse.

Se le escapó una pequeña sonrisa también ante la del moscovita, pensando que muy en el fondo seguía siendo todo un niño pequeño. Entrecerró los ojos y depositó un beso en su frente cuando éste lo abrazó, definitivamente podía dejar ese lado tan rudo y seco de sí cuando se trataba de Mirko. Durante unos instantes se le vino a la cabeza los recuerdos de cuando se habían conocido, de que pensaba que era sólo otro maldito demente del jodido mundo y que se lo quitaría de encima en cuanto pudiera...

-No es nada... Sólo trata de no asfixiarme.- Bromeó, volviendo a acariciarle la cabeza y quitándose de su mente la primera opinión -relativamente errada- que tuvo de su actual compañero.

Luego de ahogar un bostezo, se quedó en silencio un rato hasta que recordó una antigua canción que había escuchado durante su tiempo en Rusia, sin pensarlo demasiado empezó a tararearla sin dejar de lado las caricias que le daba al moscovita.

-Beтep paзвeeт, Эx, дa пo зeлeнy пoлю... Иx yдaлыe пecни, Пpoшлoгo вpeмeни пecни... Toлькo ocтaвит, Им бoeвyю cлaвy, И зaпылeннyю дopoгy... Bдaль yxoдящyю дopoгy...-

Spoiler:

Iba a seguir con su canto pero el abrazo del moscovita lo distrajo, bajó la cabeza para poder verlo mejor y notó un sonrojo en su rostro; "completamente adorable" pensó, provocando que se sonrojara ligeramente y hundiera el rostro en el cabello de Mirko.

-спасибо...- Contestó apenas en un murmullo, inspirando un ligero aroma a sangre y sudor.

Alejó la cabeza para volver a mirarlo y se sorprendió un poco de que éste estaba casi absorto, notó la curiosidad en ellos por lo que lo aferró un poco más hacia sí; después de eso, fue como si el tiempo se aletargara. Creyó que había sido producto de su mente, que estaba volviendo a adormilarse pero...

-¿Eso fue un beso?- Se preguntó a si mismo; parpadeó y volvió a posar su mirada en Miroslav que seguía con ese mismo deje de curiosidad en los ojos e incluso podría decirse que había aumentado considerablemente.

Luego de que su cabeza lo procesara, le besa la frente y una mejilla, regresando a acariciarle la cabeza y la espalda.

-¿Estás mejor? Unm... ¿Un poco de chocolate??- Sabía que seguramente acabarían desvelándose, pero en estos momentos era algo que no le importaba.

-¿De qué hablas? Las tengo aquí, bajo la cama...- Pasó por encima del moscovita para sacar un poco de su dotación de chocolate.-Y el vodka no es buena idea... La última vez que lo bebí desperté en un lugar más extraño que el bosque de Katyn y la verdad... Sigo siendo incapaz de recordar todos los detalles, pero lo prefiero así.-

Si bien seguía extrañado por la actitud de Mirko pero no podía importarle menos, que actuara como una persona medianamente normal sin armas ni francés de por medio era algo que atesoraba muchísimo, por lo que sin dudar tomó una barra del dulce y empezó a quitarle el envoltorio de aluminio.

-No tengo ganas de salir tampoco, aquí estoy muy cómodo contigo.- Acotó, tendiéndole el chocolate con una pequeña sonrisa.-Mirko, creo que eres la única persona en el mundo a la que protegería sin importar qué... Mamá no cuenta porque se cuida sola.- Aclaró mientras se acomodaba en el colchón, esperando que el pequeño aceptara el dulce.

Ahogó una pequeña risa cuando Mirko tomó el chocolate al igual que un niño pequeño pero no pudo seguir conteniéndola ante la actitud que había tomado. Sin embargo, una vez que se había calmado, no puedo evitar mirar disimuladamente el trocito de dulce que se mantenía aún en sus labios... Se golpeó mentalmente por pensar esas cosas y dejó la tableta en la mesa de luz. Empezó a pensar de que sería algo bastante peligroso arriesgarse a algo así pero el mismo Mirko dijo que estaría bien todo lo que hiciera ¿Verdad? Aunque no sabía cómo reaccionaría, si ni siquiera él mismo estaba seguro de qué hacer entonces no debía hacer nada... Sí, eso era.

-Eh, Mirko...- Preguntó al verlo así.-¿Estás bien? ¿Te ocurre algo?- Preguntó un poco preocupado, esperando que la respuesta lo distrajera de las cosas que rondaban en su cabeza.