Nuevito hogar daze...~~

- Buscando entre mis cosas la llave de mi nuevo hogar, la busque entre mis pertenencias, hasta al fin hallarlas, las tome y abrí la puerta de mi departamento, entre y abrí los ojos maravillado- es hermosito daze..~~- Deje mis pertenecías en el suelo y fui a mi habitación, ere hermosa, las paredes de un color blanco, que brindaba mas luz a la pequeña habitación, esta tenia una camita y un pequeño televisor, en la habitación continua estaba el baño, era pequeño, pero lindo y en el cocina-comedor- living era muy tierna, el living tenia un sofá morado, una estantería de libros y mi computador, mi hermoso y lindo computador, me acerque a el y lo prendí, era muy rápido y eso me gustaba, suspire y fui a la ventana, se veía un parque, donde jugaban niños y algunas parejas-

Caminaba sin prisa por el parque, observando sin poner mucha atención los edificios y personas que pasaban a su alrededor. Levantó la vista y se percató de la presencia de un chico peculiar, que parecía entretenido mirando el parque. Se apartó el flequillo, mirando detenidamente la vestimenta del contrario, esbozando una media sonrisa. -Interesante...- Acercándose para poder verle con mas detalle, aun que manteniendo una distancia precavida, entrecerró su mirar.

Estaba un tanto extasiado con lo que miraba, ver a aquellos niños jugar, era muy tierno, quería volver a tener 6 años y.. Pues, bueno no se podía. Miraba atento a su al rededor, observando toda aquella tranquilidad y alegría que se mostraba, le causaba un tanto de celos, se sentía solo y quería tener un poco de compañía. Se abrazó a si mismo y dejó la ventana, un tanto triste, se sentía solo y eso no era bueno. Empezó a ordenar sus pertenencias y acomodándolas en la casa, para luego volver rápidamente a la ventana y ver aquel maravilloso paisaje,al parecer estaba un tanto bipolar aquel día, pero no importaba mucho, ya que al parecer nadie estaría con el aquel día. Contemplaba el paisaje y desvió la mirada a algo en particular, una persona, ¿Quien era?, esa pregunta se le formuló, ya que justamente miraba hacia donde estaba el coreano. Un pequeño sonrojo le inundó el rostro y salió rápidamente de la ventana y se sentó apollandose en la pared, sintiendo su corazón latir rápidamente.

Cuando el chico se percató de que le observaba, sus mejillas tomaron un notable tono rojizo que al holandés le pareció, a decir verdad, bastante gracioso. Le vio entrar apresuradamente, como si se hubiese asustado por el mero echo de ser observado. Sonrío para si, algo pensativo. ¿Le había visto antes?
Le solían adjuntar una fotografía, la mayoría de veces algo borrosa, para localizar a sus victimas y hacerlas desaparecer. No puede ser, se dijo, nadie querría matar a un estudiante de instituto. Hizo una pequeña mueca de disgusto al no conseguir recordar el donde o por que recordaba a aquel niño. -Tsk... - Sacudiendo la cabeza para quitarse todos esos pensamientos de la mente, se volvió de espaldas al edificio, sentándose en uno de los bancos del parque. Suspiró, mirando a todos los niños que jugaban despreocupadamente en los columpios. Se le hacía atractiva la idea de eliminarlos uno a uno, ya que aborrecía con toda su alma la felicidad que irradiaban. Recostándose en el banco, se quedó mirando al cielo, perdiendo la noción del tiempo.

Estaba un tanto sonrojado y su corazón latía rápidamente, no entendía lo que le pasaba y se acurruco en sus brazos, estaba muy nervioso y debía tranquilizarse. Su rulito se movía de un lado para el otro con un tanto de miedo, tenia que protegerse de los cortes de tijera.
El coreano se levantó de donde estaba sentado y apoyado y se dirigió al baño, se mojó el rostro y sonrió en el espejo un tanto más relajado, caminó hasta su habitación y se recostó en la cama, Que debia hacer, por qué aquel tipo lo había estado mirando?, esas preguntas pasaban por su cabeza y lo perturbaban un poco. Se levantó de la cama y caminó decidido hasta la puerta, la cual abrió. Salió de su apartamento y se encaminó a bajar las escaleras del noveno piso. Bajaba apresuradamente, hasta que lo logró, llegó al primer piso y se encaminó al parque.
Pasados unos minutos llegó a la banca donde aquel chico que lo había estado mirando se situaba recostado, tragó un poco de saliva y le miró para disponerse a hablar.

—H-hola da-ze...¿Como te llamas da-ze?—

Preguntó un tanto tímido, para después sonreir le tierna mente, intentando disimular su nerviosismo, cosa que no conseguía, ya que su rulito le delataba.